¿Cuántas veces hemos intentado lograr algún resultado a nivel físico o de salud que finalmente no ha acabado llegando y lo hemos abandonado a mitad de camino?
¿Te has planteado por qué no llegaste a conseguirlo?
Quizá la solución está en los OBJETIVOS establecidos.
Uno de los principales motivos por los que fracasamos cuando intentamos lograr algo es que iniciamos mal el proceso para conseguirlos, fallamos en el primer paso, marcarnos objetivos.
Y con esto no me refiero a decir “me gustaría perder peso” “a ver si me pongo en forma”… Si estudiamos un poco el cerebro humano veremos que somos más complicados de lo que pensamos.
Primeramente hay que saber que nuestro lenguaje marca cómo vamos a afrontar nuestros retos (esto es una de las áreas en lo que trabaja la programación neurolingüística y el coaching), cuando nos referimos en condicional a algo no estamos enfocándonos a con todos nuestros sentidos y de manera decidida y dejamos una “puerta de entrada” a las dudas, reticencias y excusas para acabar no haciendo lo propuesto.
Por otro lado, un objetivo ha de ser algo concreto, algo que podamos medir, comparar y alcanzar. Si no es así nunca veremos avances y abandonaremos antes de conseguir lo que queremos. Por ello la importancia de que un objetivo tenga las siguientes características:
1- Que sea medible: en peso, tiempo, distancia… algo que nos aporte medidas tangibles y que podamos compararlas entre ellas para ver la evolución.
2- Que esté enmarcada dentro del tiempo: es decir, que nos pongamos fechas a alcanzar los objetivos, para tener un timming donde programarnos y un día en el que ver los resultados.
3- Que sean realistas: no debemos ponernos metas muy exigentes que nos frustren a la hora de medir resultados, y veamos que nunca podemos lograrlo. Tampoco ha de ser algo muy sencillo que no nos exija.
4- Que los deseemos de verdad: y aquí es donde a veces no somos sinceros con nosotros mismos, hay que saber si queremos lograr de verdad lo que decimos o simplemente es una idea que surge y al día siguiente ya no nos acordamos.
A destacar la importancia de ir realizando mediciones para saber si nos estamos desviando de los objetivos o qué debería cambiar en mis entrenos, hábitos o nutrición para alcanzarlos.
También hay que tener en cuenta que hay objetivos secundarios y beneficios ocultos en el proceso hacia alcanzarlos.
Por ejemplo, si soy una persona sedentaria y me propongo realizar una carrera popular de 10km en 6 meses, y llegada la fecha no puedo acabarla, no hemos fracasado, ya que si miramos en qué estado físico comencé y en cual me encuentro tras 6 meses de entreno, veré mejoras que ya de por si son objetivos secundarios.
Como último consejo decir que si queremos realmente conseguir algo, mejor empezar hoy que dejarlo para mañana, porque cada día que pasa es una oportunidad perdida de ponerse a ello, y un día menos del que disponemos para lograrlo.
Ah y una palabra que nos será muy útil: ¡¡PACIENCIA!!
«El hombre más lento, que no pierde de vista el fin, va siempre más veloz que el que vaya sin perseguir un punto fijo.» Gotthold Ephraim Lessing
0 comentarios